Historia
El IIM-CSIC lleva 70 años siendo un referente para la investigación marina en España y en particular en Galicia.
Desde su fundación como uno de los cinco laboratorios costeros pertenecientes al Instituto de Investigaciones Pesqueras (IIP-CSIC), el IIM-CSIC ha ido evolucionando a lo largo de los años, añadiendo nuevas líneas de investigación, ampliando su alcance, generando relaciones más sólidas tanto dentro de su comunidad como con otras instituciones y adaptándose a los nuevos cambios sociales que han ido surgiendo.
Tras estas siete décadas de investigación marina, la historia del IIM está más viva que nunca. Nuevas generaciones de profesionales y estimulantes perspectivas de cambio garantizan que esta historia está lejos de terminar, con capítulos venideros que marcarán el futuro de la investigación marina en Galicia y en todo el mundo.
El actual IIM-CSIC inició su andadura en el edificio del antiguo Colegio Alemán de Vigo bajo el nombre de "Laboratorio Costero de Vigo", dependiente del Instituto Nacional de Investigaciones Pesqueras (IIP-CSIC).
La instalación del Laboratorio Costero en Galicia respondía al gran desarrollo que estaban experimentando el sector pesquero y la industria del procesado de los productos del mar en la comunidad autónoma desde los años 40. Así, las líneas de investigación iniciales del IIM-CSIC se centraron en el estudio de los recursos pesqueros para responder a las necesidades tanto de la industria extractiva como de la del procesado. De hecho, una de las primeras publicaciones del Laboratorio Costero de Vigo (en marzo de 1952) hacía referencia a la "crisis de la sardina" que atenazaba al sector pesquero y a la industria conservera en la época.
Durante esta década, R. Margalef y B. Andreu continuaron con el estudio de la dinámica poblacional de la sardina y publicaron uno de los primeros artículos sobre oceanografía y pesquerías en 1958.
Además de las sardinas y otras especies de interés para la pesca, como el espadín, la merluza o el bacalao, los estudios del personal científico-técnico (por entonces conocido como "laborantes") del Laboratorio Costero de Vigo se expandieron hacia las macroalgas y la ecología y cultivo de los moluscos bivalvos (incluida la ostra plana europea, que había comenzado su declive en los bancos marisqueros gallegos en aquella época), así como hacia la interacción entre estos recursos y los procesos fitoplanctónicos y oceanográficos de los ecosistemas únicos de las Rías.
En 1961, el IIM-CSIC se vio obligado a mudarse a otra ubicación en la Avenida Beiramar de Vigo debido a que el Colegio Alemán fue reclamado por el gobierno alemán.
Durante los siguientes años, el laboratorio cobró relevancia a nivel internacional. Fernando Fraga tomó el relevo de los estudios oceanográficos de Margalef y, en 1964, se convirtió en el primer oceanógrafo español en publicar un artículo en la prestigiosa revista Deep Sea Research, donde presentó sus hallazgos sobre el papel de la materia orgánica disuelta en el ciclo del nitrógeno.
También durante esta década (en 1966), Manuel G. Larrañeta fue invitado a bordo del buque factoría Galicia en su expedición hacia los caladeros de merluza de Sudáfrica, dando así origen a una línea de investigación sobre pesquerías de aguas profundas que sigue activa hoy en día.
La intensa actividad del IIM-CSIC en el estudio de la dinámica de los bivalvos, y en especial los estudios llevados a cabo por A. Figueras Monfort y B. Andreu, llevaron al Instituto a participar activamente en el desarrollo del primer Plan Marisquero de Galicia, aprobado por el gobierno en 1970 (RD 1238/1970).
En 1973, el Instituto se asentó definitivamente en el barrio de Bouzas, que ha sido su hogar hasta hoy. El nuevo edificio, diseñado por Desiderio Pernas, permitió desarrollar nuevas infraestructuras, tales como una planta piloto de procesado de productos del mar diseñada por HERMASA.
En 1978, el IIM-CSIC se independizó del IIP-CSIC y cambió su nombre a Instituto de Investigaciones Pesqueras de Vigo para responder a las demandas del sector pesquero, que reclamaba instituciones descentralizadas que pudieran responder a las necesidades de su actividad.
En aquellos momentos, el Instituto estaba estructurado en seis grupos de investigación: Oceanografía, Sistemas Estuáricos, Biología Pesquera, Bioquímica Marina, Química de los Productos del Mar y Tecnología de Productos Pesqueros.
Durante esta década se crearon nuevas líneas y grupos de investigación, diversificando así el ámbito de actuación del Instituto y contribuyendo a consolidar las líneas de investigación iniciales al tiempo que se exploraban nuevos campos de estudio.
A modo de ejemplo, en 1988, el IIM-CSIC comenzó a participar en las expediciones pesqueras del Flemish Cap, participación que continúa hasta el día de hoy.
Aunque la línea de investigación sobre pesquerías ha permanecido abierta y activa, la aparición de nuevos intereses de investigación en los campos de la oceanografía, tecnología de alimentos, acuicultura, patobiología y ecología hacían patente la necesidad de un cambio.
En mayo de 1986, el Instituto de Investigaciones Pesqueras de Vigo cambió su denominación a la actual, el Instituto de Investigaciones Marinas (o Instituto de Investigacións Mariñas - CSIC), para reflejar su carácter multidisciplinar y su visión holística sobre la investigación de los ecosistemas marinos.
El IIM-CSIC se estaba convirtiendo en un referente en el ámbito de la investigación marina. Los avances llevados a cabo por Francisco Fraga en investigación oceanográfica y en química marina le valieron el reconocimiento de ser el primer investigador del IIM-CSIC en convertirse en miembro de la Real Academia Galega de Ciencias (1987).
El crecimiento progresivo del IIM-CSIC hacía necesaria la ampliación y adaptación de sus infraestructuras a sus nuevas necesidades. En 1993, se amplió el edificio principal con un edificio anexo adaptado a la experimentación con organismos acuáticos.
Estas nuevas infraestructuras, junto a la consolidación y reconocimiento de algunas líneas de investigación, como la de patobiología de bivalvos, llevaron al establecimiento del Laboratorio Nacional de Referencia de Enfermedades de Moluscos Bivalvos en el Instituto en 1995. Dirigido por A. Figueras, actualmente el laboratorio sigue encargándose de evaluar el índice de riesgo de ciertas enfermedades que afectan a los moluscos bivalvos en España y de coordinar los esfuerzos de detección con otros laboratorios europeos de la misma naturaleza.
Durante esta década, los estudios sobre acuicultura fueron en aumento con el objetivo no solo de optimizar la acuicultura tradicional, sino también de desarrollar técnicas de acuicultura para nuevas especies, como el pulpo, que sigue constituyendo una de las líneas de investigación principales del IIM-CSIC.
El compromiso del IIM-CSIC de hacer frente a los retos sociales se puso de manifiesto durante el vertido de petróleo del Prestige en 2002, cuando los esfuerzos de todos los grupos de investigación del IIM-CSIC se centraron en evaluar las consecuencias tanto para el ecosistema marino como para los recursos pesqueros y acuícolas, así como en diseñar medidas de biorremediación y en predecir la deriva y los impactos del vertido.
Durante esta década comenzaron a surgir los primeros proyectos dedicados en exclusiva a fomentar la cultura científica en torno a la investigación marina (Divulgamar, Ciencia na Escola), abriendo el camino a la introducción del concepto de cultura oceánica, que actualmente constituye un eje transversal de las actividades del IIM-CSIC.
En línea con los cambios sociales asociados al cambio del milenio, en 2006 el IIM-CSIC pasó a estar dirigido por una mujer, Aida Fernández Ríos, por primera vez en la historia del Instituto.
En 2015, Aida Fernández Ríos se convirtió en la tercera mujer en ingresar en la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) gracias a la relevancia de sus estudios sobre la relación entre las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono y la acidificación oceánica.
Durante esta década, el Instituto continuó destacando por el carácter multidisciplinar de su investigación, que permitía una comprensión integral y global de los ecosistemas marinos para así desarrollar formas innovadoras y sostenibles de utilizar sus recursos: del océano a la mesa.
El IIM definió también su organización actual, estructurada en cuatro departamentos: (1) Oceanografía, (2) Ecología y Recursos Marinos, (3) Biotecnología y Acuicultura y (4) Ciencia y Tecnología de Alimentos, que engloban 14 grupos de investigación muy relacionados entre sí, lo cual permite llevar a cabo investigaciones e innovaciones en numerosos y muy diversos campos.
El IIM-CSIC volvió a esforzarse para cubrir las necesidades de la sociedad en momentos de crisis, como en el caso de la pandemia de la COVID-19. Como ejemplo de sus capacidades multidisciplinares, el IIM-CSIC participó en el desarrollo de técnicas para predecir la incidencia de la COVID-19 mediante el análisis de aguas residuales en plantas de tratamiento durante los peores momentos de la pandemia. Actualmente coordina el Plan Complementario de Ciencias Marinas en Galicia, que tiene como objetivo responder a las necesidades de recuperación económica tras esta situación mediante la innovación en ciencias marinas, facilitando también a nuestra sociedad mecanismos de resiliencia de cara a futuros retos.
En 2021, el papel del IIM-CSIC en la investigación marina recibió un nuevo reconocimiento con dos nuevos ingresos en la Real Academia Galega de Ciencias: Fiz Pérez pasó a ser miembro de la RACG en septiembre de 2021 gracias a sus estudios sobre el ciclo del carbono en el océano y el impacto del cambio global sobre él. En noviembre de 2021, Isabel Medina ingresó también en la RACG gracias a sus prestigiosos estudios acerca de los efectos del consumo de productos del mar sobre la salud humana.
La innovación y el uso de tecnologías punteras está marcando esta nueva década en el IIM-CSIC. El uso de técnicas ómicas de última generación, el desarrollo de tecnologías de bajo coste para la monitorización de los océanos, la inteligencia artificial, los gemelos digitales, etc. están abriendo nuevas puertas a la colaboración no solamente con distintos campos de conocimiento, sino también con distintos sectores industriales y con la sociedad en su conjunto.
El IIM está desarrollando actualmente un importante proyecto: la concepción, diseño y construcción de una nueva sede en un lugar emblemático de la Ría de Vigo, una antigua base militar que antaño albergaba la ETEA (Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada), en el barrio de Teis. Esto permitirá al Instituto crecer e interactuar con otros centros de investigación cercanos en un futuro. Por este motivo, la intención del IIM es que estas nuevas instalaciones se conviertan en un lugar de referencia para la investigación marina, fomentando la transferencia de tecnología a los sectores implicados y promoviendo la divulgación de la ciencia marina a toda la sociedad a un nivel local, regional, nacional e internacional.